En 1990, cobró vida un éxtasis floral que cambió para siempre el significado de lo que debería ser una fragancia versátil. Cabotine De Gres lanza un hechizo etéreo que llena cada ambiente con una bienvenida refrescante. El jengibre, la mandarina y el ylang-ylang transportan la introducción. El desarrollo avanza con notas de corazón de nardo, lirio de jengibre y jacinto. Finalmente, una base calmante de grosella negra, almizcle, pachulí y sándalo ofrece un cierre ideal.